La pequeña villa de Braojos, en la Sierra Norte madrileña, se ha convertido al paso de los años en un destino perfecto para todos aquellos que buscan desconectar del mundanal ruido y del ajetreado ritmo de vida que la ciudad impone. Su proximidad a la capital, apenas a una hora de distancia, hace de Braojos un destino más que apetecible donde disfrutar del hermoso entorno natural que la Sierra ofrece y una ocasión única de ponernos en contacto con el medio rural tradicional, que aquí, como en ningún otro lugar, gracias al empeño de sus vecinos e instituciones, se ha mantenido vivo.
